Por Marco Escudero Carranza
Cuando uno acude al estadio San Martín, en la tribuna de occidente, escucha un tono diferente en la barra ‘Gvardia Xtrema’ de Sporting Cristal. Un sonido peculiar a demás barras peruanas. Se trata de Don Freddy Ambía Torres de 54 años, un fanático celeste a muerte, que las veces que asiste a ver a su amado Cristal, lleva su bongó, su instrumento musical que lo acompaña siempre en sus 47 años como hincha celeste. Era necesario hacerle una entrevista para El Portal Celeste, porque es una persona que ama los colores celeste y blanco.
Maestro, en los estadios la gente observa que usted siempre para con su bongó, tocando y dando otro ritmo a la barra de Cristal ¿Cómo nació esa pasión por dicho instrumento?
Antiguamente había un grupo musical por Jesús María, donde vivía antes, entonces me uní a ese grupo y faltaba un instrumento que se llamaba bongó, entonces le dije a mi madre que me comprara, en ese tiempo costaba S/.1000, a partir de ahí aprendí a tocar. En el año 74 ó 75 empecé a llevar al estadio a darle ritmo y un nuevo estilo a la barra de Cristal con sus canciones.
¿Cómo nació el sentimiento por la celeste?
Fueron hace muchos años. Tuve la suerte que en los años ’70 iba a los estadios. En esa época mi padre me llevaba y observaba los tripletes de esa época. Vi jugar a Alberto Gallardo, (Fernando) Mellán, ‘Chito’ La Torre. Era muy pequeño. Ahí observaba que algunos clubes tenían sus hinchadas y a mí me traía bastante el color celeste, entonces por el año 1974 se juntó un grupo; fueron al club a hablar y de alguna manera el club apoyó con entradas. Desde 1974 soy hincha de Cristal.
Como eran esos jugadores de antes: Gallardo, Mellán, Quezada. Aparte que fueron grandes jugadores son ídolos de Sporting Cristal…
El fútbol de antes era un espectáculo. Hoy día es más fútbol lateral, antes era jugadas fabricadas, prefabricadas. Había jugadores que siempre marcaban diferencias como es el caso del ‘Flaco’ Quezada, un mediocampista espectacular; (Alberto) Gallardo con sus tiros; (Fernando) Mellán con sus rechazos; (Julio César) Antón, un jugador de aquellos; es muy amigo íntimo mío. Vivíamos juntos en Jesús María. Lo conocí muy pequeño y siempre tenemos comunicación.
¿Siempre está en todos los partidos donde juega Cristal?
Sí, pero ahora último, por mi enfermedad, no pude estar en todos los partidos. Pero las veces que puedo, hago lo posible para estar presente apoyando al equipo. A veces que no estoy en el estadio me llama la gente. Pero siempre trato de estar ahí junto con Cristal. El sentimiento llama, por eso casi todos los partidos estoy apoyando a la celeste.
¿Estuvo presente en el tricampeonato con su bongó?
Claro. Fue algo fabuloso. Estuve como sea en esas finales del 94,95 y 96, porque el bongó no lo dejaban entrar, pero no sé como ingresó. Pero estuve ahí con mi instrumento. Fue la mejor época. Yo era, en ese tiempo, profesor de colegio y los chicos me fastidiaban y, también, me felicitaban. Mis clases eran los lunes. Ellos (alumnos) sabían que era hincha de Cristal a muerte.
¿Cómo es un día cualquiera para usted sin ver a Cristal?
Para mí, un día cualquiera, es estar en un colegio o academia dictando clases, como ahora enseño el curso de Ciencias y Matemáticas, pero siempre me doy mis espacios para compartirlo con el fútbol y estar con Sporting Cristal.
También los observamos que acude al vóley…
Claro. Me parece importante. Yo iba más a los menores, a la nueva generación, porque es un equipo que está en formación y necesita de ese apoyo. Normalmente me sentía a gusto porque el público que acude al vóley seguía el ritmo del bongó y el bombo. Eso dos instrumentos eran suficiente para mover a la gente.
¿Qué le diría al hincha celeste?
Que sigan apoyando. Mira mi caso, son 47 años que sigo a Cristal. Así haya tenido altibajos, pero estoy allí. En los momentos difíciles, el club necesita de ese apoyo. Que no se desanime la gente. El equipo mete o juega cuando el hincha celeste va al estadio, grita, alienta, no cuando critica. Ya vendrán mejores momentos, poco a poco. El amor por la celeste siempre debe estar con nosotros.
¡Salud Maestro!
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